A simple vista parece fácil comparar París y Nueva York.
He tenido la suerte
de vivir un tiempo en cada una de estas capitales de la moda, y puedo afirmar,
que son tan diferentes y a la vez se observan en ellas conductas tan parecidas
que es difícil hacer una comparación justa y objetiva.
Vahram Muratyan es un diseñador gráfico que vive entre la cuidad de la luz y la ciudad que
nunca duerme (doy fe que de ambas se merecen dichos atributos), y sus dibujos
expresan de una forma sencilla y divertida la esencia y diferencia de cada una
de estas urbes.
En París me
dejé seducir por el Café de Flore, cuna del nacimiento del surrealismo, donde
artistas de todos los ámbitos se reunían bajo una atmósfera de libertad. Se
encuentra junto a la Iglesia que da nombre a mi barrio favorito de la capital francesa,
Saint Germain-des- Près.
Si os
apetece una combinación de ambas culturas os aconsejo el café Macarron, un
pequeño universo francés afincado en la 36th Street – 7th Avenue, donde
encontraréis deliciosos macarrons
recién hechos de infinitos sabores y colores, y por supuesto tamaño XXL, this
is America!
En Nueva York
encontrarás todo lo que puedas imaginarte, y aunque Macarron está cuidado al
detalle no hay nada como comer los dulces más famosos de Francia en la avenida
Champs- Élysées. Me refiero a La Durée, patisserie
que no te puedes perder, en la que encontrarás todo tipo de dulces y
numerosos caprichos para regalar.
Si paseas
por la Quinta Avenida, en los bajos del exuberante Rockefeller Center
encontrarás Magnolia Bakery, la
manzana en la que se encuentra huele a azúcar y disfrute y una vez que entras
¡es imposible salir sin una caja repleta de Cupcakes!
Mi debilidad sin duda es el Red Velvet, jugoso por fuera y cremoso por dentro,
un auténtico festival para el paladar que te dará energía para seguir
descubriendo el universo neoyorkino!
No puedes dejar París sin haber probado una baguette, que puedes comprar en
cualquiera panadería, aunque yo tengo debilidad por una, su escaparate me
sedujo desde que pasé por su puerta de casualidad. Está en la calle Vaugirard
esquina Villa d’Astrolable. Un plan genial es hacer un picnic a base de baguette, queso Brie y una botella de
vino en los Jardines de Luxemburgo.
Si quieres sentirte una americana no puedes
dejar escapar la oportunidad de desayunar en Murray’s, auténticos e
irresistibles baguels, los hay de
todos los tipos, yo te aconsejo el plain
con cream cheese. Sus mesitas de
madera y encantador staff te harán
sentir como en casa. Hay varios a lo largo y ancho de Manhattan, pero mi
favorito está en la 8avenue- 23th Street, es pequeño y acogedor.
Pasea por
el High Line de Nueva York, que te llevará desde Midtown hasta Meatpacking
District. A la altura de la 13th Street, entra en el Standard Hotel, disfruta
de su vanguardista decoración mientras de camino al ascensor que te llevará a
Le Bain, una misteriosa discoteca en la que podrás darte un baño en su jacuzzi
con vistas a New Jersey o subir hasta su terraza y sentarte en uno de sus sofás
de agua mientras disfrutas de un Cosmopolitan,
al puro estilo Sex and the City, y te maravillas con todo Manhattan a tus pies.
Investiga
las calles del Barrio Latino de París, y haz una parada en la calle Mouffetard,
donde se reúnen los estudiantes de la Sorbona y saborea una de las mejores galettes de la capital francesa en
Au’Tit’Grec, sin duda el premio se lo lleva la de tres quesos y champiñones, te
aseguro que antes de dejar la ciudad ¡volverás!
París y Nueva York tienen mucho más que ofrecer,
estos son los must go de mi lista,
pero te animo a que te calces unas buenas bailarinas y recorras todos los
rincones de ambas ciudades, no te pierdas los museos, todos merecen la pena, ni
los edificios y monumentos emblemáticos, date el gusto de hablar con los
autóctonos e intentar conocer ambas culturas desde dentro es la única manera de
vivir experiencias auténticas en cada una de las ciudades, observa, absorbe y aprende. VIVE.
MACFERGA.
Me encanta este post!!!
ResponderEliminarMuy muy verídico todo!!!
Love it!!♥